...DISCURSO DE CANTINFLAS: UN LLAMADO A LA SOLIDARIDAD...

EL GRAN DICTADOR...DISCURSO...CHARLES CHAPLIN...

domingo, 12 de octubre de 2008

...SUICIDIOS...SUICIDIOS...


La mayoría de los suicidios tienen lugar durante una crisis depresiva. El suicida siente un dolor emocional que se le hace insoportable, se siente desesperado, piensa que nada cambiará en el futuro, que no puede contar con nadie que le dé su apoyo y no ve más salida a su sufrimiento que la muerte. Sin embargo, estas personas no quieren dejar de vivir; lo que verdaderamente quieren es dejar de sufrir, pero su estado mental depresivo les impide pensar en otras soluciones, estando su pensamiento centrado en los aspectos negativos de su vida, sin ser capaces de tener en cuenta los positivos. Esta memoria selectiva es un síntoma de la depresión, no de quienes son ellos.
El suicidio no se elige; sucede cuando el dolor es mayor que los recursos para afrontarlo. A lo largo de nuestra vida aprendemos diversas formas de solucionar los problemas. Algunas personas tienen más recursos de afrontamiento que otras. Pero es algo que siempre se puede aprender durante una psicoterapia.
La clave: la depresión se puede tratar por medio de psicoterapia y medicación antidepresiva. Los problemas se pueden resolver aprendiendo las diversas formas de hacerlo.
Los síntomas de la depresión
- Tristeza persistente. Puede romper a llorar sin saber por qué.
- Desesperación, impotencia, sensación de falta de valía (puede hacer comentarios negativos acerca de sí mismo).
- Pesimismo y/o culpa.
- Fatiga o pérdida de interés en actividades ordinarias, incluido el sexo. Falta de entusiasmo.
- Alteración en los patrones de sueño y alimentación.
- Irritabilidad. Se enfada fácilmente por pequeñas cosas que antes no le molestaban.
- Ansiedad y ataques de pánico.
- Dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones.
- Pensamientos, planes o intentos de suicidio.
- Síntomas físicos persistentes o dolor que no responde a ningún tratamiento.
- Aislamiento. Incapacidad o falta de interés en comunicarse.
Pistas que nos indican que una persona puede estar pensando en suicidarse.
Estos signos, que pueden ser conscientes o inconscientes, son muchas veces un grito de ayuda de una persona que no es capaz de expresar lo mal que se está sintiendo. La presencia de estos signos no indica necesariamente que quiere suicidarse, pero conviene estar atentos.
- Decir cosas como: "todo el mundo estaría mejor sin mí"; "no importa; no estaré aquí mucho tiempo más"; "lo sentirás cuando esté muerto". Estas frases hay que tenerlas muy en cuenta y no considerarlas sólo palabras.
- Preocupación por la muerte: hablar o escribir sobre ella.
- Hacer testamento, arreglar papeles, regalar cosas.
- Estar de repente contento y relajado tras haber estado muy deprimido durante un tiempo. A veces, cuando una persona ha tomado la decisión de suicidarse, puede sentirse mejor porque ya nada le preocupa.
- Visitar a amigos y familiares (se trataría de una despedida).
- Haber tenido muchos accidentes recientemente. Implicarse en conductas de riesgo, como exceso de velocidad.
- Acumular fármacos.
- Hablar sobre el suicidio, incluso bromeando.
- Cuanto mayor es la depresión mayor es el riesgo de suicidio.
Si hemos detectado estos indicios, ¿qué hacemos?
Lo primero es preguntárselo. No pienses que por preguntar a alguien si ha pensado en suicidarse le vas a "dar la idea" de hacerlo. Eso no es cierto. Ten en cuenta que son pensamientos y sentimientos que se viven en un gran aislamiento y de los que la mayoría de las personas no se atreven a hablar debido al tabú que existe a su alrededor. Te agradecerá que le des esa oportunidad y le permitas hablar libremente. Tener a alguien que le escuche puede ayudarle mucho.
Cuando alguien te dice que quiere suicidarse.
- Averigua si existe un riesgo inmediato de suicidio: pregúntale si tiene intención de hacerlo o sólo lo ha pensado, si tiene un plan y cuándo lo llevaría a cabo (inmediatamente, en unos días, en unas semanas). La mayoría de las veces no hay un riesgo inminente de suicidio, pero si es así, no dudes en llamar a la policía.
- No le dejes solo. Escucha atentamente lo que tenga que decirte sin juzgarle. No trates de minimizar sus problemas e intenta ponerte en su lugar y entender lo que siente. Lo importante no es si lo que te dice es realista, sino cuáles son sus sentimientos. Recuerda que para esta persona sus problemas son tan graves como para preferir la muerte antes que seguir soportándolos.
- No hagas que se sienta culpable diciendo, por ejemplo, que hará un daño enorme a su familia.
- No desestimes sus sentimientos. No le digas cosas como :"olvídate de eso".
- Muéstrale cariño; permítele expresar sus sentimientos; deja que llore o se enfade.
- Dile que lo que le sucede tiene tratamiento, que le vas a ayudar todo lo posible y que puede contar con tu apoyo.
- Saca de su casa cualquier cosa que pudiera usar para hacerse daño, como pastillas.
- Ayúdale a encontrar un psicólogo o psiquiatra. Dile que no pierde nada con intentarlo, que para suicidarse siempre hay tiempo. (A veces es más fácil conseguir que posponga el suicidio que lograr que abandone esas ideas).
- Dile que los pensamientos y deseos de suicidio siempre son temporales.
- Recuerda que una persona con deseos de suicidio debe ver a un especialista inmediatamente.
Si estás deprimido y piensas en el suicidio...
- Ten en cuenta lo siguiente:
1. La mayoría de los suicidios ocurren durante los primeros tres episodios depresivos. Después, estas personas suelen darse cuenta de que los pensamientos suicidas son siempre transitorios. Cuando aprenden, por su propia experiencia, que cualquiera de estos episodios acaba pasando, la probabilidad de llegar a suicidarse disminuye.
2. Tú no tienes la culpa de sentirte así. Si pudieras animarte lo harías. Ten presente que lo que tienes es una depresión, y eso es algo que se puede tratar.
3. Evita las drogas y el alcohol. La mayoría de las muertes por suicidio son debidas a un impulso repentino. Las drogas y el alcohol contribuyen a que se produzcan dichos impulsos.
4. Incluso si ya has recibido tratamiento, recuerda que hay distintos tipos de terapia. A veces hacen falta varios intentos hasta encontrar el tratamiento adecuado para cada persona.
5. El hecho de que no puedas pensar en otra solución que no sea el suicidio no significa que no exista. Tu depresión está alterando tu capacidad para pensar. Amigos, familiares y terapeutas pueden ayudarte a encontrarla.
- Haz una lista con las cinco personas a las que podrías recurrir.
- Prométete a ti mismo que si piensas en suicidarte dejarás de lado momentáneamente esas ideas y llamarás a la primera persona de la lista y que si esa persona no te toma en serio o no te da el apoyo que necesitas llamarás a otra.
- Busca un psicólogo o psiquiatra y pide cita inmediatamente.
- Escribe tus síntomas depresivos y tus pensamientos suicidas.
- Escribe acerca de tus metas, tus esperanzas y deseos para el futuro y sobre las personas que valoras en tu vida. Léelo cada vez que necesites recordar por qué tu vida es importante.
- Habla con las personas que son importantes para ti y cuéntales lo que te pasa, de forma que puedan estar preparados si aparece una crisis suicida.
- Reconoce los síntomas que pueden llevarte a una crisis suicida. Indican que es momento para mimarte y cuidarte, no para enfadarte contigo mismo

sábado, 11 de octubre de 2008

¡¡¡...PERDÓNAME...ME EQUIVOQUÉ...!!!


Hoy en dia la familia es la mas atacada por muchos factores, divorcios, peleas, inconformidad, rebeldía y si continuaramos enumerando serian demasiadas las cosas, pero hay esperanza para que pueda ser un remanso, un oasis o lugar de mucha paz, todo depende de nosotros que la conformamos y si aportamos un granito de arena para que sea mejor es lo ideal, a continuación nos enumeran siete frases que hacen mucho, así que apliquémoslo y veremos resultados.

SIETE FRASES IMPORTANTES PARA MEJORAR LA COMUNICACIÓN EN LA FAMILIA

¡Te Amo!
Ningún ser humano puede sentirse realmente feliz hasta escuchar que alguien le diga "Te Amo". Atrévete a decirlo a la otra persona, a tu cónyuge, a tus padres, a tus hermanos, a tus hijos, si es que nunca lo has hecho, haz la prueba y verás el resultado.
¡Te Admiro!
En la familia, cada miembro tiene alguna cualidad o habilidad que merece reconocimiento. Todos, en algún momento, sentimos la necesidad de que se nos reconozca algún logro o meta alcanzada. ¿Cuándo fue la última vez que le dijiste esto a alguien?
¡Gracias!
Una necesidad básica del ser humano es la de ser apreciado. No hay mejor forma de decir a una persona que es importante lo que hace por nosotros, que expresarle un "¡gracias!", no en forma mecánica sino con pleno calor humano.
¡Perdóname, me equivoqué!
Decir esto no es tan fácil, sin embargo, cuando cometas un error que ofenda o perjudique a otras personas, aprende a decir con madurez: "perdóname, me equivoqué".
¡Ayúdame, te necesito!
Cuando no podemos o no queremos admitir o expresar nuestra fragilidad o necesidad de otros, estamos en un grave problema. No te reprimas. ¡pide ayuda!, que también son muy importantes las palabras.
¡Te escucho... háblame de ti!
¿Cuántas veces le has dicho a algún miembro de tu familia: "háblame, qué te pasa?". Tal vez muchos problemas y mal entendidos se resolverían si tan sólo escucháramos lo que nos tratan de decir.
¡Eres Especial!
Es importante hacerles saber a tus seres queridos cuanto significan ellos para ti.

...COMPAÑERO POETA...




«...Para mí —escribió Pablo Neruda en 1954— los libros fueron como la misma selva en que me perdía, en que continuaba perdiéndome. Eran otras flores deslumbradoras, otros altos follajes sombríos, misterioso silencio, sonidos celestiales, pero también la vida de los hombres más allá de los cerros, más allá de los helechos, más allá de la lluvia.
»Por ese tiempo —continúa narrando Neruda— llegó a Temuco una señora alta, con vestidos muy largos, y zapatos de tacón bajo.... Era la directora del liceo. Venía de nuestra ciudad austral, de las nieves de Magallanes.... La vi muy pocas veces, porque yo temía el contacto de los extraños a mi mundo.
»... tenía una sonrisa ancha y blanca en su rostro moreno por la sangre y la intemperie... sonrisa entre pícara y fraternal y... ojos que se fruncían picados por la nieve o la luz de la pampa.
»No me extrañó cuando de entre sus ropas sacerdotales sacaba libros que me entregaba y que fui devorando. Ella me hizo leer los primeros grandes nombres de la literatura rusa que tanta influencia tuvieron sobre mí.
»Luego se vino al Norte. No la eché de menos porque ya tenía miles de compañeros, las vidas atormentadas de los libros. Ya sabía dónde buscarlos.»
Ese amor a los libros del que habla el poeta chileno Pablo Neruda, que le inculcó aquella maestra de escuela a temprana edad en Temuco, culminó en 1971 cuando se le concedió el Premio Nobel de Literatura. Pero Neruda no fue el primer poeta chileno en obtener el ansiado premio; fue el segundo. Ya hacía un cuarto de siglo, en 1945, que había obtenido el Premio Nobel su antigua mentora, que fuera por un tiempo directora de aquel liceo en Temuco, Gabriela Mistral.
A propósito del amor a los libros, Gabriela misma lo practicó a lo largo y ancho de su ilustre carrera literaria y diplomática. Pero hubo un libro en particular que mereció su más alto aprecio. En el año 1919 la Mistral le regaló un hermoso ejemplar de ese magistral libro, la Santa Biblia, al Liceo No. 6 de Santiago de Chile, donde ejerció como directora. En sus páginas dejó escrita esta confesión de fe, a modo de dedicatoria, respecto al Libro Sagrado: «Libro mío, en cualquier tiempo y en cualquier hora. Bueno y amigo para mi corazón, fuerte, poderoso, compañero. Tú me has enseñado la fuerte belleza y el sencillo candor, la verdad sencilla y terrible en breves cantos. Mis mejores compañeros no han sido gentes de mis tiempos; han sido los que tú me diste: David, Rut, Job, Raquel y María. Con los míos éstos son toda mi gente, los que rondan mi corazón y mis oraciones, los que me ayudan a amar y a bien padecer... viniste a mí, y yo... soy vuestra como uno de los que labraron, padecieron y vivieron vuestro tiempo y vuestra luz.»
Así como Pablo Neruda aprendió de Gabriela Mistral a buscar la grata compañía de los libros, aprendamos también nosotros de aquella poetisa de América a buscar la grata compañía del Libro por excelencia que ella tanto amaba. En cualquier tiempo y a cualquier hora, podemos acudir a él como fuerte y poderoso compañero.