...DISCURSO DE CANTINFLAS: UN LLAMADO A LA SOLIDARIDAD...

EL GRAN DICTADOR...DISCURSO...CHARLES CHAPLIN...

domingo, 13 de abril de 2014

CUENTO 01...LICEO CATÓLICO ATACAMA...NIVEL MEDIO...COPIAPÓ...

EL PESCADOR (AUTOR:ANÓNIMO) (…)(…)(…) EN CIERTA OCASIÓN, iba un empresario paseando por una bonita playa vestido con sus bermudas (de marca), sus gafas de sol (también con marca muy visible), su polo (con mucha marca), su gorra (con marca destacada), su reloj (de marca y carísimo), su calzado deportivo (donde todo era marca), su móvil colgado de la cintura (el móvil con marca y la bolsa en la que colgaba, también) y su gomina en el pelo ( sin marca, pero tan abundante que uno podía adivinarla). Eran las dos del mediodía cuando se encontró con un pescador que felizmente recogía sus redes llenas de pescado y amarraba su pequeño bote. El empresario se le acercó… - ¡Ejem! Perdone, pero le he visto llegar con el bote y descargar el pescado… ¿No es muy temprano para volver de faenar? El pescador le miró de reojo y, sonriendo mientras recogía sus redes, le dijo: - ¿Temprano? ¿Por qué lo dices? De hecho yo ya he terminado mi jornada de trabajo y he pescado lo que necesito. - ¿Ya ha terminado hoy de trabajar? ¿A las dos de la tarde? ¿Cómo es eso posible? – dijo incrédulo, el empresario. El pescador, sorprendido por la pregunta, le respondió: -Mire, yo me levanto por la mañana a eso de las ocho, desayuno con mi mujer y mis hijos, luego les acompaño al colegio, y a eso de las diez me subo a mi bote, salgo a pescar, faeno durante cuatro horas y a las dos estoy de vuelta. Con lo que obtengo en esas cuatro horas tengo suficiente para que vivamos mi familia y yo, sin holguras, pero felices. Luego voy a casa, como tranquilamente, hago la siesta, voy a recoger a los niños al colegio con mi mujer, paseamos y conversamos con los amigos, volvemos a casa, cenamos y nos metemos en la cama, felices,felices. El empresario intervino llevado por una irrefrenable necesidad de hacer de consultor del pescador: - Verá, si me lo permite, le diré que está usted cometiendo un grave error en la gestión de su negocio. ¡Su ganancia podría ser mucho mayor! Y su “techo de máxima competencia laboral” seguro que está muy lejos de ser alcanzado. El pescador lo miraba con cara de circunstancia, mostrando una sonrisa socarrona y sin entender exactamente adónde quería llegar aquel hombre de treinta y pico años ni por qué de repente utilizaba palabras que no había oído en su vida. Y el empresario siguió: - Podría sacar muchísimo más rendimiento de su bote si trabajara más horas, por ejemplo, de ocho de la mañana a diez de la noche. El pescador entonces se encogió de hombros y le dijo: - Y eso, ¿para qué? - ¡¿Cómo que para qué?! ¡Obtendría por lo menos el triple de pescado! ¡¿O es que no ha oído hablar de las economías de escala, del rendimiento marginal creciente, de las curvas de productividad ascendentes?! En fin, quiero decir que con los ingresos obtenidos por tal cantidad de pescado, pronto, en menos de un año, podría comprar otro bote mucho más grande y contratar un patrón… El pescador volvió a intervenir: - ¿Otro bote? ¿Y para qué quiero otro bote y además un patrón?en el cuento - ¿Que para qué lo quiere? ¡¿No lo ve?! ¿No se da cuenta de que con la suma de los dos botes y doce horas de pesca por bote podría comprar otros dos botes más en un plazo de tiempo relativamente corto? ¡Quizá dentro de dos años ya tendría cuatro botes, mucho más pescado cada día y mucho más dinero obtenido en las ventas de su pesca diaria! Y el pescador volvió a preguntar: - Pero todo eso, ¿para qué? - ¡Hombre! ¡¿Pero está ciego o qué?! Porque entonces, en el plazo de unos veinte años y reinvirtiendo todo lo obtenido, tendría una flota,no de botes,sino de barcos, repito, ¡repito de barcos! ¡Qué además serían diez veces más grandes que el bote que tiene actualmente! Y de nuevo, riendo a carcajadas, el pescador volvió: - ¿Y para qué quiero yo todo eso? Y el empresario, desconcertado por la pregunta y gesticulando exageradamente, le dijo: - ¡Cómo se nota que usted no tiene visión empresarial ni estratégica ni nada de nada! ¿No se da cuenta de que con todos esos barcos tendría suficiente patrimonio y tranquilidad económica como para levantarse tranquilamente por la mañana a eso de las diez, desayunar con su mujer e hijos, llevarlos al colegio, salir a pescar por placer a eso de las diez y sólo durante cuatro horas, volver a comer a casa, hacer la siesta…? El pescador respondió:-¿Acaso eso no es lo que tengo ya?

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